Tenía ya unos pocos de años, fue casi del las primer lote que se fabricó, y muchas horas de duro y divertido trabajo a sus espaldas o, mejor dicho -y visto lo visto- a su lente.
Su último día entre nosotros fue duro, exigente, pero mi Wii mantuvo el nivel hasta bien caída la noche, todo a causa de un irreprimible ataque de "venga, la última y me voy" que estuve sufriendo desde después de almorzar. Ese último día fue glorioso, gracias a mi Wii me volví a colocar primero en la lista de "Goleadores del día" en el Mario Strikers.


Pero el final iba a llegar de manera cruel para mi Wii. De repente, en una interesante partida contra mi amigo Ayumequi su lente dejó de alumbrarnos.
Decidí dejarla toda la noche en observación y más tarde en sucesivas operaciones le fui intentando reanimar la lente subiéndole la potencia. Y tras unos días de estricta medicación, cuando parecía estar casi curada, finalmente nos ha dejado, su lente ya no iluminará nuestros corazones y su motor ya no hace girar los discos. Yo creo que ha tenido que ser un fusible, que se ha ido al carajo con tanto subirle l a potencia a la lente.
Menos mal que al menos se pueden cargar los juegos por USB...
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