Hace ya casi un año que murió Benedetti, el abuelito de bigote blanco. Componía palabras de las que no hay que mirar en el diccionario en frases de trazos cortos y colores vivos.
Desgraciadamente muchos poetas a tiempo parcial, en sus peores tardes y sobradísimos de autoconfianza, hemos caido en la tentación de imitar su estilo. Ja, es como imitar los brochazos de Van Gogh. El resultado da pena y se puede ver en muchas cartas de invitación a boda, etc.
Benedetti me llamó la atención hace muchos -iba a decir "algunos"- años a partir de la película "El lado oscuro del corazón" (Argentina, 1992), poesía de cine algo surrealista que me impactó, supongo que también por el momento personal en que la ví.
Dejo aquí un fragmento de la película en el que aparecen dos poemas de Benedetti: "No te salves" y "Corazón coraza", este último recitado por el propio autor, en su traducción al alemán.
Érase una vez un dia de miércoles, tres de la tarde, sol templado a poco más de 45º. Había un árbitro en un partido de finales de siglo. Jugaban a fútbol.
Alex Doyle sólo alcanzó a golpear con su bota el gemelo izquierdo de Michael W. Butt pero no lo hizo caer.
Butt se adelantó la pelota larga y trastabillado dio tres lentos pasos más hasta que el guardameta se lanzo a sus pies y blocó.
Williamson se llamaba el arbitro, Williamson se tragó el silbato. Porque cuando Doyle da una patada tiene que parecerlo. .
El fin de semana pasado, gracias a la gentileza de mi amigo de Gloobo, volé por primera vez en globo aerostático. El campo, el amanecer, la suavidad del vuelo y las fotos bucólicas de David Hamilton alimentaron el espíritu ñoño en mí.
Hice una serie de fotos echando vaho de mi boquino sobre el objetivo justo antes de disparar y después de enfocar y medir la luz manualmente (con el vaho la cámara se hace un pequeño lío).