Pronta está la emboscada cuando su presa se desnuda. Asesina su paciencia, asesina su sigilo, y sólo ofrecen tregua cuando brota el agua del grifo.
Por el contrario tú, indefenso y necesitado, aprovecha la tregua, saca partido del ruido. Deshazte de tus miserias y no abras la puerta al enemigo.
Con escudo de papel y espada de residuo atravesaré el alma de los cuatreros del cepillo.
Y les haré tragar su crema y les haré comer mi espada. La venganza será total y mi huída, por el pasillo.
.