Petra - así prefiere ser llamada la princesita Zelda - esconde su elegancia de sangre azul detrás de asquerosos harapos de rudo marinero de alta mar. Tiene ese toque que hace pensar cosas como "me da igual cómo vista, desnudas son todas iguales".( *** )
La noche era de las de frío que corta y lluvia que duele; una noche de maderas que crujen y telas resquebrajadas. Desde el puente la densa niebla y el bravo oleaje casi impedían intuir un misterioso barco solitario cuya deriva lo había acercado a escasos metros.
Decidida, convencida siempre de sí misma hasta tal punto de tocar la moral (y algo más) de sus sometidos grumetillos, Petra decide lanzarse en solitario al abordaje de la misteriosa embarcación. Y en mitad de la tempestad quedó sepultada, barco incluido, en la densa niebla. Sólo se oyó un espeluznante grito desesperado.
Por suerte estaba allí su compañero Paolink, heredero de sangre del legendario Héroe del Tiempo, aquel joven de ropajes verdes que con su sagrada Espada Maestra exterminó el mal de todos los mundos y épocas.
Paolink presenció la escena y se apresuró a abordar también el misterioso barco en busca de su amiga. A duras penas Paolink podía mantenerse en pie en la cubierta de aquel barco misterioso y abandonado. Las olas y el viento golpeaban el casco hasta el punto de que en cualquier momento podría partirse en pedazos. Y en esa desolada cubierta había una extraña y maligna sensación de compañía. Y lo que no había era rastro de Petra. Paolink se adentró en las bodegas a buscar a su osada compañera.
Y a partir de ahí comienza una homérica aventura para salvar a la caprichosa princesa Zelda, en la que se demuestra que la razón que tiene la canción "When a man loves a woman" cantada por el hortera de Michael Bolton.
( *** )
Hoy he conocido el final de la historia y con este creo que ya son 8 los zeldas que me he acabado.
Y deseando estoy que salga otro.
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