Pequeño homenaje a Tetris

Ayer mi amigo Tetris cumplió 25 años. No es, siendo sincero, mi mejor amigo, ni tampoco puedo recordar grandes momentos con él. Pero sí es un fiel aliado de los que sin hacer grandes maniobras demuestran que siempre están ahí para dedicarte y que le dediques unos minutos de cariño pixelado.

Y sí, siendo justos debo decir que me ha acompañado en algún viaje en autobús y quizás también en algún momento íntimo en el retrete, en el que las cuadriculadas piezas de colores significaban justo lo que yo sentía en ese instante.

Ayer, día en el que Tetris dejo de ser un jueguecito para ser un videogame maduro, cambié el politono de mi móvil por la música "C" del clásico de Game Boy. Bah, vaya mierda de homenaje.

Hoy sí me he decidido verdaderamente a dar grandeza a su historia y sin dudarlo he dispuesto ensalzar eternamente el nombre de mi amigo Tetris haciéndome una camiseta con mis propias manos, fieltro, aguja, hilo, sudor y gota de sangre (me he pinchado con la aguja).





Y lo más grande: Veci, en Mia-Hada, ha seguido mi ejemplo.




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